Todavía hay algunos sectores que sueñan que la izquierda se pueda unir, para enfrentar el proceso electoral venidero y competir con una derecha en alza y a la ofensiva; entre ellos hay muchos ciudadanos cuya honestidad política, no cabe ninguna duda buscando la unidad; pero como dicen los abuelos, a veces la realidad es más dura y sobre todo cuando hay dirigentes, como los de JP que pecan de arrogantes y soberbios, mientras pareciera que en Nuevo Perú hay cierta inocencia para no decir de cojudeo; basta leer los términos de los comunicados de ambos grupos, para evidenciar hacia donde caminan los entuertos.
En JP, con el anuncio del frente castillista, espacio en el que las anémicas fuerzas de JP real, abrirán sus puertas legales a todos los funcionarios y ex ministros de Pedro Castillo, organizados en otros minipartidos; consideran que se han convertido en un factor del cambio y el polo electoral, por cuya razón se dan el lujo de comunicar, plantando y ninguneando el comunicado de Nuevo Perú, que se subía también al carro del castillismo.
Mirada las cosas con serenidad y desde un análisis objetivo, el castillismo no representa ningún cambio y mucho menos un horizonte programático popular, una alternativa a la crisis de gobierno; todo esos grupos en dicha confluencia, fueron gobierno y manejaron los principales resortes del poder y el gobierno, desde cuyas responsabilidades ejecutivas y ministeriales, no aprobaron ninguna medida progresista que modificara la condición de crisis y marginalidad de las grandes mayorías, las regiones y los trabajadores
El castillismo por incapacidad y cobardía política, capituló rápidamente a la presión de la derecha y se dedicó a la administración de la crisis en el marco de corrupción y argollas; para terminar en esa parodia golpista organizada por los aventureros y derechistas del gabinete, que le hicieron creer a Pedro Castillo que estaban ante un Fujimori II, cerrando el Congreso y otros poderes del Estado, cuando no tenían la mínima correlación de fuerzas y era una derrota anticipada.
El hecho que Castillo este preso, producto de sus irresponsabilidades y aventuras políticas, así como un evidente abuso de poder y violencia del debido proceso desde la derecha y el régimen, no lo santifica y hace que se haya reconvertido otra vez en un progresista y revolucionario, como lo pretenden pintar algunos grupos y particularmente caza fortunas, que aspiran ser congresistas con la supuestas locomotora.
El castillismo tiene todo el derecho de armar su frente electoral y poner como su bandera central la libertad de Pedro Castillo, tiene el derecho en agrupar a su ex ministros y funcionarios que deben justificar su lealtad al caudillo, incluso tiene derecho a convocar, retirar y volverlo a jalar al redil al etnocacerista Humala, que necesita un paraguas electoral. De ahí a considerar que este castillismo representa a la izquierda, y que la libertad del preso es el centro del cambio en el país, hay mucha y considerable distancia.
Por ello resulta francamente una ingenuidad o una cojudeza el comunicado temporal de Nuevo Perú, que para calmar algunos apetitos electorales de algunos de sus personajes tras las bambalinas; buscara subirse al carro del castillismo, incluso desairando a su precandidato presidencial Víctor Alanoca; esta posición y comunicado de la dirección nacional de NP, fue grosera y públicamente rechazada por el comunicado emitido por el arrogante JP.
NP tiene que entender y aprender que la unidad no se construye en una semana, que debe priorizar sus aproximaciones programáticos antes que el postureo electoral, en ese pequeño tiempo que todavía queda, debe hablar claro y concreto con Ahora Nación de López Chau; conversar directa y sinceramente, sin la compañía y presencia de sus ahijados y entenados, que más que ayudar son un factor de conflicto.
Se trata de armar una coalición electoral en concreto, sin confundir con especulaciones teoréticas de la unidad y la gran unidad táctica y estratégica, objetivo que tiene su tiempo y espacio. En el marco de coalición electoral no se pierde ni personalidad ni identidad, esa es la riqueza de una articulación en la diversidad, habrá tiempos para que entre los izquierdistas hablen de refundaciones y otros asuntos.
Finalmente la izquierda social y partidos como el PC y Patria Roja, deben también sacar las conclusiones del caso; algunos de sus dirigentes a pesar que tienen los acuerdos de sus respectivos partidos, en participar y fortalecer desde el espacio social en una coalición electoral progresista entre AN y NP, solo por cálculo personal se quieren subir en el castillismo, cuando ni siquiera los toman en cuenta y los aborrecen, como acaba de ocurrir con los comunicados en mención.
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