CANDIDATO ETERNO Y LA "PRIMERA PIEDRA" DE OBRAS SIN PRESUPUESTO

Con ocasión de la visita de un Primer Ministro a la provincia de Chumbivilcas, un padre de familia se quejó amargamente del abandono y destrucción de una escuela por parte de las autoridades regionales, en su infinita sabiduría e ironía quechua dijo "ya no hay ni piedras en la escuela derruida, porque han puesto la primera piedras en cinco ocasiones y hasta ahora no han construido nada, todo es pura fiesta y tenemos que poner cuota para agasajar a dichas autoridades".

Como en la queja del padre de familia, hay cantidad de primeras piedras colocadas, festejadas, agasajadas, con fotografías alegremente difundidas; luego del cual y un tiempo de espera, simplemente no existen obras y tampoco presupuestos; cuántos: colegios, hospitales, centros de salud, carreteras, fueron anunciados en conferencias y primeras piedras; si sumamos todas esas ofertas que se encuentran en las revistas que publica el gobierno regional, son más de 9 mil millones de soles, cuando su monto de inversión no supera 800 millones de soles anualmente.

Esta campaña de ofrecer y ofrecer, apunta a dos cosas electorales; la primera para condicionar su reelección a la "conclusión y cumplimiento de las obras ofertadas" y el otro plan b en postular a la "presidencia de la república y cumplir su palabra". Sin embargo la realidad es otra, es casi imposible su reelección regional por su gestión mediocre y en el otro caso ser candidato de Dina Boluarte su aliada no es ninguna garantía.

Que diferente era la filosofía y compromiso de Daniel Estrada, detestaba y rechazaba colocar primeras piedras en jaranas y francachelas, su consigna era obra iniciada obra concluida, como toda autoridad responsable solo festejaba junto al pueblo el día de la conclusión y entrega de la obra.

El mal ejemplo del gobernador regional, se ha extendido también a muchos alcaldes, que festejan poniendo primeras piedras, hasta para hacer una vereda o una simple remodelación, colocando sus placas recordatorias que son más grandes que las obras señaladas.

El pueblo consciente debe repudiar esas primeras piedras eternas, irresponsables y sin expedientes y presupuestos, que nunca concluyen y son un vil engaño. La fiscalización popular exige también coherencia en las dirigencias sociales.