MONOPOLIOS MINEROS GENERAN Y PROMUEVEN LA INFORMALIDAD
La represión y la muerte de los protestantes, nunca
resuelve los conflicto, por el contrario enerva y potencializa la polarización
y la violencia; no se puede resolver
el problema de la minería artesanal y la minería informal, desde la represión y
sin abrir un mecanismo de diálogo, que permita resolver el conflicto en el
centro del problema.
Los mineros artesanales e informales, de acuerdo a
datos reales, sobrepasan a más de trescientos mil productores en las distintas
regiones, de los cuales apenas veinte mil son formales.
La informalidad surge y actúa en aquellas regiones
como en el norte y en el sur del Perú, donde las grandes mineras privadas
tienen las concesiones del subsuelo,
que abarcan provincias y distritos completos, incluso santuarios y plazas
públicas de capitales de provincias y distritos.
Esa contradicción entre pobladores dueños del suelo y
los territorios y las grandes empresas monopólicas propietarias del sub suelo, abre y es el punto de partida de la contradicción no
resuelta desde hace mucho tiempo.
En la gran mayoría de casos, los mineros artesanales y
otros informales, actúan vía alquiler, entrega de minerales, contraprestación
de servicios con las grandes empresas,
los casos en Pataz y otros lugares son elocuentes; estas grandes empresas
entregan o alquilan el subsuelo a terceros y estos mineros, tienen que llevar
sus minerales a las grandes chancadoras y trituradoras, que también son de propiedad
de las grandes empresas. Las piedras extraídas en el corredor minero del Cusco
y Apurímac, siempre terminan comercializadas a las trituradoras ubicadas en
Arequipa, que son de propiedad de las grandes empresas, que actúan formalmente
en dichas provincias.
Por tanto no habría informalidad, sin las grandes
empresas formales, no propiciaran y vivieran de esa minería informal, que de boca para afuera dicen combatir.
La informalidad, teóricamente es combatida por el
Gobierno Nacional y por las grandes mineras, pero estas captan y comercializan
los minerales de los informales, lo hacen con economías y contabilidades
paralelas, por cuanto ese oro, plata
y cobre que exportan, no entran en el cálculo oficial para deducir las regalías
mineras, con lo cual se evade millones de soles y se entrega menos regalías a
las regiones, provincias y distritos de la minería; en el corredor minero del
Cusco, ha caído la extracción en las grandes mineras, pero siguen exportando el
mismo volumen, solo que el proveniente de la minería informal no es informada
para el cálculo de las regalías.
La solución pasa entonces, por revisar en conjunto las
concesiones regaladas a las grandes empresas, que se han apropiado del subsuelo
de comunidades, provincias, iglesias,
santuarios, plazas y calles de capital de provincias y distritos; no puedes
exigir formalidad al pequeño artesano y comunero, cuando guardas silencio
frente a dicha asimetría y expropiación del subsuelo de los peruanos. La
formalización tiene que ser para los grandes y los pequeños.
Se trata de formalizar no solo la explotación de los
minerales, se debe legislar clara y transparentemente la comercialización de
los minerales extraídos, que siempre
terminan en las chancadoras y exportadoras de las grandes mineras. Mecanismo a
través del cual evaden impuestos y regalías, eluden responsabilidades
ambientales, echando la culpa de todos los males a los artesanos e informales.
La gran minería no canaliza ni el mercado laboral y
productivo en las regiones y territorios, tampoco hay transferencia
tecnológica; eso origina la
desocupación masiva que obliga a sus pobladores a recurrir a la informalidad
laboral y productiva; pero cuando estos comuneros ven pasar por sus puertas,
miles de tracto camiones llevando su riqueza, sin cambio a nada; porque ese es
el carácter de una mina como enclave de materias primas, sin valor agregado y
trabajo para su entorno.
Ese concierto de informalidad promovido por los
grandes, requiere el uso de la criminalidad y las bandas, para ejercer presión y obligar a vender sus minerales a las chancadoras y
comercializadoras, ese es uno de las razones de los centenares de muertos no
esclarecidos; tanto así que la minería ilegal de explotación y comercialización
ha superado en recursos a la propia mafia del narcotráfico.
La solución pasa por resolver el tema de la propiedad,
la concesión del subsuelo, la comercialización, el impacto ambiental y laboral,
la seguridad de los productores,
tarea de gran envergadura que no se puede hacer en el marco de minería de
enclaves de materias primas, sino con una política nacional minera de otros
signo.
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