sábado, 27 de septiembre de 2025

MATANZA EN LA ULTRADERECHA

MATANZA EN LA ULTRADERECHA

La ultraderecha, que incluye a Fuerza Popular, Renovación Popular, Avanza País y a Carlos Álvarez como juglar del fujimorismo, es parte del bloque de poder. Conducen las políticas nacionales desde el Congreso, tienen ministros en el gabinete y controlan el Poder Judicial, la Fiscalía y el JNE. Tareas que comparten con los partidos de la derecha, como: APP, AP, Apra, Somos Perú, etc.

Son hermanos ideológicos en el modelo económico porque se beneficiaron de la privatización corrupta desde la dictadura de Fujimori y se reciclaron en diversos partidos. Ahora buscan prolongar y hacer más corrupta y explotadora esta situación, como se evidencia en la actual gestión económica del gobierno de su títere Dina Boluarte.

Hablan de liberalismo político; sin embargo, son la estructura del viejo poder político de las administraciones del Estado. Los fujimoristas heredaron estos resortes desde Alberto Fujimori; López Aliaga es beneficiario de varias privatizaciones en hoteles y ferrocarriles; Avanza País, todavía desde Hernando de Soto, se ha presentado como una tecnocracia y mesocracia operadora del neoliberalismo.

La ultraderecha no es nueva, tampoco disruptiva; es el desgastado y decadente poder del neoliberalismo, que ha trocado sus vestiduras hacia un discurso más confrontacional. Todos son entenados de Donald Trump, del colonialista Vox de España y del esperpento Milei de Argentina, que son sus referentes de estos tiempos.

Son los partidos más populistas y estatistas; la costra fujimorista solo vive del Estado y del Congreso Nacional; Renovación Popular, todavía desde Castañeda Lossio, es la burocracia que domina y chupa la teta de la Municipalidad de Lima; Butters representa a los empresarios informales que viven del Estado neoliberal y Carlos Álvarez es el bufón mediático de la televisión y la farándula de claro tinte ideológico conservador e hipócrita.

En el terreno de la moralina, son comparsa del discurso conservador del Opus Dei, así como de los evangélicos reaccionarios; pintan sus fachadas y discursos con una moralina farsante e hipócrita; están contra el aborto, pero son sus practicantes clandestinos; rechazan toda política del LGTB, pero muchos de ell@s pertenecen a dicha hermandad caleta, incluidos sus candidatos presidenciales y voceros públicos.

¿Dónde radican entonces sus diferencias y matices, por qué se pelean y disputan agresivamente entre ellos en las elecciones? La respuesta es única y sencilla: se trata exclusivamente de la prebenda y el beneficio ventajista; quieren seguir cobrando las regalías de las pocas privatizaciones que faltan. El fujimorismo es una logia de mercenarios de la ultraderecha económica, que ha rodeado a la madrina de la mafia, que hasta ahora ha cosechado y disfrutado de las miserias que lanzan los beneficiarios de la mafia: los grupos financieros, mineros, agroexportadores, entre los fundamentales.

De esa torta nacional y rentista que ha pertenecido al fujimorismo, quiere su parte el empresario informal y mafioso de los importadores que representa Butters; así como otro sector empresarial camuflado en la religión, que busca una torta mayor, por cuanto el patrimonio de esos grupos religioso-empresariales es cuantioso, como los Sodalicios, que han transferido sus acciones y capitales a López Aliaga.

Saben que heredar un régimen como el neoliberalismo en crisis y Dina Boluarte es indefendible, requiere una campaña de sobreactuaciones, teatralidad, performance ilimitado, la calumnia y la mentira contra sus adversarios; cuentan para ello los medios de comunicación nacional y sus mercenarios en las regiones.

Junto a la zanahoria, recurren también a la aplicación del garrote y la violencia desde el Estado, sacando de carrera a: Vizcarra, Sagasti, Antauro Humala, etc. Interpretan y aplican la ley de acuerdo a sus intereses; así desconocen derechos de partidos como Unidad Popular en participar en las actuales elecciones, pese haber cumplido su reconocimiento, etc.

La disputa y la zancadilla solo son por el momento, hasta la primera vuelta; luego de ella, en la segunda vuelta, sumarán sus votos y aparatos a la causa común. Por este primer objetivo, uno de ellos quiere representar dicho bloque de la ultraderecha; considerando que muchos sectores empresariales, militares, etc. han perdido credibilidad y realidad electoral con Keiko Fujimori, vienen apoyando a López Aliaga, conforme se puede observar en todas las encuestas y el contenido de los medios nacionales de información.

El gran temor de la ultraderecha es que aparezca un disruptivo desde la derecha populista, tipo Martín Vizcarra, y plantee nuevos roles redistributivos del poder. Liquidado Martín, ahora dirigirán su atención en liquidar a su partido y buscarán domesticar a otros en la derecha como AP o el Apra.

Propagandísticamente, es grande también su temor al surgimiento de un rupturista desde la izquierda; para eso siguen usando una campaña anticomunista, terruqueadora y violentista permanente. Se están curando de salud ante cualquier sorpresa.

Todavía hay tela y circo en este sector: Álvarez se disfraza de Zelenski, un bufón como él; Keiko, con un perfil bajo, solo quiere ser locomotora de congresistas, se sabe perdedora real; Butters sigue en un concurso de sabelotodo, mordiendo a sus rivales en homofobia y criollada.

López Aliaga tampoco es el gran líder y conductor de victorias; su gestión en la Municipalidad de Lima es mediocre y corrupta; es un típico representante de una ultraderecha subdesarrollada y acomplejada; con esas limitaciones no tiene ninguna partida ganada hasta ahora. Felizmente.

 

martes, 23 de septiembre de 2025

LOS TRABAJADORES A GOBERNAR CON AHORA NACIÓN


LOS TRABAJADORES A GOBERNAR
CON AHORA NACIÓN

La plancha presidencial de Ahora Nación presidida por Alfonso López Chau, junto a la representación de los trabajadores Lucho Villanueva (Presidente de la CGTP y Sec. Gral. de de la Fed. de Construcción Civil) a la primera vicepresidencia y por la Amazonía a través de Ruth Zenaida Buendía Mestoquiari a la segunda vicepresidencia; baja en consulta democrática, para que los militantes del partido Ahora Nación puedan emitir su votación un militante un voto, consulta acompañada también para escoger a los candidatos al senado y al Congreso Nacional en cada una de las regiones.

La presencia de los trabajadores resulta importante, porque reafirma el carácter transformador y social que pregona Ahora Nación, así como por la capacidad movilizadora a nivel nacional, en circunstancia en que se necesita esa fuerza social, para convocar al pueblo en la lucha contra la derecha y la ultraderecha. La batalla electoral no es de repartir calendarios electorales, ante todo es una disputa de posiciones y correlación de fuerzas.

Esta alianza de Alfonso López Chau con los trabajadores, es parte de su coherencia y trayectoria personal, cuando todavía estudiante en la Universidad del Callao, era parte sustantiva de las fuerzas progresistas, por forjar esa alianza estudiantil y trabajadora en la lucha contra la dictadura militar y por la recuperación de la democracia, tal como conseguimos derrotar a Morales Bermúdez y arrancar una Asamblea Constituyente.

Alfonso López Chau como parte del equipo que acompañaba al tio frejolito don Alfonso Barrantes Lingán en la Izquierda Unida, siempre tuvo una estrecha relación de lucha y trabajo con la central mariateguista la CGTP y la Federación Nacional de Construcción Civil, dirigido por entonces por el camarada Pedro Huilca Tecse.

En esa línea de la historia social, los trabajadores en las obras de la construcción, en los corredores mineros, en la industria, en los ejes productivos industriales y agrarios, en las universidades y centros de enseñanza, en los barrios, con las mujeres y jóvenes; tenemos que ganar la batalla programática y la mayoría social, enfrentando y derrotando a la ofensiva del fujimorismo corrupto y sus aliados de la ultraderecha.  

Como se ha señalado, en la órbita progresistas no hay enemigos, cada uno desde sus puestos de combate, desde sus frentes electorales, debemos unir acciones y conquistar con creatividad y firmeza que el voto progresista sea real y mayoritario, en primer lugar pasar la valla electoral, para tener una buena presencia parlamentaria, así como para entrar a una segunda vuelta en la que unificaremos lo que por ahora falta unir.

Tal como los gremios financieros, las cámaras de comercio, siempre han participado directamente financiando, definiendo las planchas presidenciales y congresales con su dinero a los partidos de la derecha y la ultraderecha; los trabajadores y el pueblo tenemos toda la legitimidad y el derecho para entregar nuestra cuota de acción política a que las posiciones del cambio sean una realidad en el país, en las regiones y en nuestros pueblos.
 

martes, 16 de septiembre de 2025

CONCHETUR: Monopolio, explotador, parasitario y destructor de MACHUPIQCHU


El Santuario de Machupiqchu fue construido con tanta reverencia y conocimiento por Pachakuteq Inka Yupanki, ante el país y el mundo. Hoy es el centro de la destrucción mercantil, disputado por la ambición de algunos mercachifles, que no entienden la naturaleza y carácter del patrimonio nacional y humano.

Hay muchos ignorantes y otros interesados a los que les gusta ocultar la naturaleza del monopolio y de la política neoliberal; lo que observamos con indignación, los hechos en Machupiqchu, grafican de manera clara y abierta el carácter del régimen privado y monopólico, parasitario y destructivo del monopolio, sea este nativo o internacional; así actúan en la minería, en el gas, la pesquería y ahora contra un Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Sus precios son monopólicos y los más altos para una ruta de pocos kilómetros, nunca reconocieron o promovieron el mercado, por ello se aferraron con toda clase de gollerías la exclusividad del negocio; cerraron las puertas del ingreso de otras empresas con leguleyadas o simplemente con la matonería del que se siente dueño y propietario de Machupiqchu.

El carácter parasitario radica en que sus altas tasas de ingreso jamás fueron redistribuidas a las poblaciones circundantes del santuario, comunidades sin servicios básicos, desnutrición y tuberculosis; no contentos con la renta, chupan la sangre de los pueblos aledaños a los que los marginan totalmente.

No contento con ello, engañaron a la Beneficencia Pública del Cusco con el cuento del Hotel de Turistas, que también fue saqueada, destruida y paralizada en su funcionamiento, afectando la economía de la beneficencia y de las instituciones de niños y ancianos que vivían de dichos ingresos; otro parasitismo a todas luces.

Su naturaleza explotadora todavía es peor; que sepamos, esta empresa jamás ha invertido en una piedra, en el mantenimiento, puesta en valor, estudio, difusión; sin embargo, vive de la explotación y saqueo del Santuario de Machupiqchu que es la herencia de nuestros abuelos y patrimonio del Cusco y la humanidad. La sociedad local, regional y el país jamás han recibido de COCHETUR nada a cambio de semejante explotación y quieren volver a apropiarse ahora.

Considerando que la ganancia para ellos es más importante, no les importa la destrucción de la imagen del Santuario, la política cultural y turística del Cusco y del país; lo lamentable es que las autoridades como el Ministerio de Cultura, el Gobierno Regional a través de la UGM, obligados a defender el fuero del santuario, se hacen los cojudos y de la vista gorda, porque es muy probable que también recibieran bolsas económicas a las que están acostumbrados para sus campañas electorales y puestos de autoridades.

Corresponde a la sociedad y organizaciones populares exigir:

La declaración de emergencia y seguridad del Santuario de Machupiqchu, por la vía del Congreso, la UGM, el Consejo Regional, las municipalidades de Urubamba.

Constitución de una MESA DE TRABAJO MACHUPIQCHU, para empezar a debatir y aprobar políticas de emergencia ante la situación destructiva y aprobar medidas de corto y mediano plazo, como son la discusión de la construcción de carácter público del teleférico de Machupicchu, entre otros temas.

Responsabilizar y abrir procesos penales a quienes resulten responsables en la actual situación de crisis y destrucción de la imagen del Santuario de Machupiqchu; el Ministerio Público debiera estar actuando de oficio en el asunto.

 


 

miércoles, 10 de septiembre de 2025

DE CABALLOS Y MONTACERDOS

 

PATÍBULO PARA UN CABALLO

¡Increíble ..! La SORPRESA de un brillante prólogo de ALFREDO QUINTANILLA que se tuvo oculto por tantos años, desde los inicios del 90. Que no quiso editar más de un editor... ¿Por qué?
El prólogo es un maravilloso documento. Y Alfredo Quintanilla un excelente y excepcional crítico literario a quien le debo la vida por este prólogo. No conocía en esos entonces de los inicios del 90 a Alfredo.
Me llegó cuando yo sufría un estrés insoportable, que me atormentaba y me quitaba vida hasta las lágrimas... A este refrescante y enjundioso texto le debo la vida, como a su cerebral autor. Gracias.

DE CABALLOS Y MONTACERDOS*
Escribe: Alfredo Quintanilla
Recibida casi con indiferencia y en medio de un injusto silencio, Patíbulo para un caballo, la primera novela de Cronwell Jara es, sin lugar a dudas, una de las más importantes de los últimos veinticinco años. No sólo por su lenguaje que, por momentos recuerda la prosa poética del joven Martín Adán o la exuberante de un García Márquez; ni porque es la primera en abordar a profundidad el mundo de las barriadas de Lima; sino porque se desarrolla en varios registros –lingüístico, sociológico, estético e ideológico– a los que otros narradores peruanos ya consagrados internacionalmente llegaron luego de arduo trajín.
La lectura de Patíbulo para un caballo semeja espectar una película de Fellini o la célebre Novecientos de Bertolucci, es decir, el lector es conducido por un laberinto de sensaciones y emociones: sorpresa, asco, indignación, ternura, compasión, hambre, risa y tristeza que terminan involucrándolo; de manera que uno ya no es el mismo que cuando abrió sus primeras páginas.
Hija del cuento Montacerdos, que Jara publicó en 1981 y emparentada con Guitarrón Florido de 1986, la novela narra la historia del cerco policial a Montacerdos, una barriada ubicada en la ¿Pampa? de Amancaes durante las postrimerías del gobierno de Bustamante y Rivero. Quien cuenta la historia es Maruja, una niña tragalibros y silenciosa, perteneciente a una bandada de palomillas y cerdos –los auténticos montacerdos–, Yococo y Celedunio. Chivillo y Alfalfa, Pablo el Malo y Alunado quienes participan plenamente del drama y la guerra que entablan los adultos por romper el asedio, conquistar la ciudadanía y el derecho a buscar la felicidad.
La historia se sitúa en medio de la contradicción Montacerdos versus policía, que nos remiten a contradicciones más profundas como las que enfrentan al pueblo provinciano migrante contra Lima la nación de los tranvías (p. 100) o frente al Estado oligárquico. Sin embargo, curiosamente, son las contradicciones que se dan al interior del polo de las clases dominantes y no por la presión de Montacerdos y cuyo desenlace es el golpe militar del general Odría, las que permitirán que el sitio sea levantado en el último momento.
Aunque la novela observa el violento choque que produce la migración, su observación es más de tipo sociológico que cultural. Así, el Pólvoras Flores advierte que varias naciones oprimidas quechuas, aymaras, culíes, angoleños, shipibos, huitotos son invasores y por tanto, transgresores del Estado de esta nación de los tranvías.
Gorilón, por su parte, cuando descubre y acepta la naturaleza real de su musa y pone los pies en tierra «se propuso elaborar un libro de historia del Perú, América y del Mundo, desde la perspectiva de los países pobres y dominados por las industrias, las ciencias y las economías de los países ricos...», para educar a las nuevas generaciones de limeños y montacerdinos en «la reflexión crítica de esta sociedad...» (p.359).
Este enfoque sociológico del proceso migratorio impide ver la transculturación que se produce en concreto entre los «piuranos, cajamarquinos, chinchanos, huancaínos» llegados a Montacerdos. Transculturación entendida como el proceso de acomodación a un nuevo lenguaje, nuevos empleos, a la velocidad de la vida cotidiana que caracteriza al capitalismo como dice Guenón; y de asimilación de esos nuevos elementos a las matrices cognitivas y valorativas de su cultura de origen. Es verdad que Patíbulo... presenta las pervivencias del pensa¬miento mítico en algunos personajes –inclusive en Gorilón que habla de la Pachamama– y que no debe ser confundido con las «visiones» propias de un espíritu artístico como el del mismo Gorilón; también es cierto que la novela presenta la recreación de prácticas religiosas o rituales (proce-siones, velorio de ropas, etc.) y la adquisición de nuevas formas de organización social (asociación de pobladores, club de madres pobres, olla común, etc.) que tal vez históricamente aparecieron más tarde. Pero la exploración del tránsito del migrante, psicológico y espiritual, si se quiere, continúa siendo una tarea pendiente para la literatura peruana, según afirma Mirko Lauer.
Jara, que ha ido más allá de su pueblo de origen en la exploración de la oralidad –Las Huellas del Puma– hasta alcanzar la del pueblo negro costeño en Baba Osaím... parece estar especialmente dotado para continuar en este nivel la tarea que inició en su obra José María Arguedas; de tal manera que podamos apreciar la dinámica entre lo viejo y lo nuevo, entre la confusión y el discernimiento, entre el significado y el significante, entre lo cognitivo y lo afectivo, entre lo funcional y lo estético que se produce en el habla del migrante campesino llegado a la gran ciudad.
El telón de fondo de la historia de Montacerdos es la violencia. Pero no sólo la violencia que ejerce la policía contra los inmigrantes sitiados, sino la violencia intestina que los enfrenta a éstos, nacida de los prejuicios ideológicos (el linchamiento de la profesora comunista Celia Ordóñez), del hambre (el saqueo de la tienda de Heraclio Rojas), de la venganza (el asesinato del cholo Mostajo, el conato de linchamiento de Griselda), de la acción punitiva (la lapidación del Puma Santos), de la desesperación (el suicidio de Florencia) y de la ambición (el despanzurramiento del cuerpo de Jer Bruckman). Estando cargada de violencia la novela, sin embargo, no está al servicio de la demostración de la tesis freudiana del instinto de muerte; por el contrario, enhebra satisfactoriamente, a mi entender, los complejos factores que la desencadenan y que fijan sus límites, sin provocar el quiebre de la normas del grupo. Por eso mismo, es necesario destacar que la vida de los sitiados –por más que se desenvuelve en una situación extrema– no es reducida al reemplazo de la palabra por la fuerza en las relaciones humanas. Episodios como los del circo, la procesión, el vuelo de Yococo, la desaforada jornada sexual de Heraclio Rojas y la Santísima, la misa y tantos más expresan esa riqueza y multiplicidad de la vida popular, que Jara recrea con acierto.
Es en el terreno del lenguaje donde el trabajo de Jara destaca con toda nitidez. La fuerza de sus imágenes que provienen de una magistral capacidad de síntesis, transmiten al lector las claves que permiten seguirlo en el develamiento de ese microcosmos llamado Montacerdos, en reconocer en sus polvorientas callejuelas a los sudorosos, alegres, renco¬rosos, hostiles, orgullosos, callados, enérgicos, extraviados –y tantas cosas más– personajes.
Al azar se pueden abrir las páginas de la novela y leer y comprobar la versatilidad y riqueza del verbo de este excelente escritor:
«... y él le correspondía con la guitarra deshojando sus dedos en picaflores, ríos, arco iris con quebradas y puentes colgantes; descifrando el idioma musical de los grillos, las abejas y el rumor de los vientos; el lloro de las pampas, las lágrimas de los abigeos en los floridos cajones de don Prodigios el de los retablos maravillosos...».
«Fauces abiertas, colmillos disparejos y un ojo chico y el otro ojo grande, esa era mamá Griselda en su pánico, orinándose de pie tal vez y con el cuy de su corazón buscando madriguera».
«Una voz de flores, aromas y dichas, era la voz de Liliana Leyva, eso se sabe. Que su canto ordenaba el mundo, obsequiando galanuras prístinas a la luz, luces de bengala y tibieza al sol, gracias de señorita a las palomas, paz a los pájaros y facha linda a las flores; que eso se sentía imperiosamente de la voz de Liliana cuando, feliz hechizo, se la oía, como en cuento de hadas».
«Pompeyo Flores volvió cuando curioseába¬mos con un palito un feto humano con rostro de pez, arrebatado a las ratas; Pompeyo tenía los ojos húmedos, crinuda y aterrada la vaga testa que recordaba a la de un asno, nos mostró en la mano la cabeza decapitada de Scipión el perico».
«Aguijoneados por los alacranes del pánico, apenas se erizó el ventarrón de fusiles, borbotearon los cascos sobre el reseco pellejo de la tierra, crujieron los aperos, tintinearon los metálicos frenos y azules se oyeron los relinchos en los húmedos belfos...» (p. 317).
Y sin embargo... Y sin embargo, la riqueza y finura del lenguaje no basta para construir una buena novela. Como cuando se prueba un rico manjar, el paladar necesita refrescarse o alternar con otro sabor, en ocasiones sentí que la lectura me producía similar sensación. Tal vez porque lectores como yo gozan también con el desarrollo de la historia y ella no se perfila con claridad hasta ya bien entrada la novela. Acaso algunos episodios debieron eliminarse o acortarse, pero la estructura se debilita porque no se ven ingresando a la acción los elementos que configurarán el nudo. Si bien hay una tensión ascendente hacia la última batalla que no llega a producirse por el golpe de Odría –y más bien cabría preguntarse por qué siendo algunos de los montacerdinos apristas no participaron o no tienen noticias del levantamiento aprista ocurrido tres semanas antes del cuartelazo– al final se insinúan elementos de un nudo de tipo policial (la nota en clave en el cadáver de Bruckman, la búsqueda de los diamantes de Pólvora en el cadáver, etc.) que no es resuelto y que más bien deja mal parado a Gorilón.
Nuevas luces nos presta Jara para responder la pregunta –para muchos ilícita o fuera de lugar, aunque plenamente válida y más común de lo que se piensa entre quienes provienen de realidades semejantes a Montacerdos–: ¿qué función cumple la literatura en medio del dolor y la miseria que implica la lucha por una vida digna? ¿Tiene algún sentido leer poesía o escribir cuentos –seguramente Cronwell se lo ha preguntado– cuando lo más urgente es colaborar con empleo, salario, alimentos para superar la realidad de miseria que abate a los peruanos?
A mi entender Jara ha construido exitosamente con el personaje del Gorilón un símbolo del escritor, y nos ha presentado con Liliana la cantora invisible, a la musa inspiradora. Gorilón es el antihéroe, enorme y desmedido en sus formas como en su imaginación, desconocedor y temeroso de su propia fuerza, aislado de las gentes, pacífico, en comuni-cación sólo con las almas sencillas como las de los niños y que alcanza finalmente una convocatoria universal si se une a su comunidad, su pueblo, su nación en los momentos decisivos.
Liliana, como la mujer del profeta Oseas es una prostituta, y como Aldonza Lorenzo una mujer vulgar, pero aquélla al igual que éstas, logra imprimir a la dialéctica cercanía–lejanía del héroe, una transformación en la dialéctica vigilia–ensoñación, de tal manera que las ausencias o facetas ignoradas de la dama de amores son colmadas con la densidad de las creaciones impelidas por sus necesidades afectivas o existenciales.
Ahora bien, en la novela Gorilón evoluciona desde la fase del «amante de las letras» pasivo frente al cerco y más bien rechazado por ser un fenómeno y ladrón, hacia una fase intermedia que podríamos llamar la del «literato–profeta» luego que ocurre su heroica –aunque no buscada– intervención en la primera batalla campal. Al caer herido, viene hacia él, el conjunto de su pueblo a darle ánimos para no dejarse vencer por la muerte, descrita en una hermosa página que viene a ser una recreación del poema «Masa» de Vallejo. Su retorno a Montacerdos es un ingreso triunfal no sólo porque vuelve quien había muerto sino porque es una burla a la policía y una primicia de la victoria que les aguarda.
La pandilla de niños que son sus seguidores, descubre que Gorilón «había cambiado su visión del paisaje y del mundo» luego de haber sido abaleado y capturado. Ya no sólo posee «la pirotecnia de su juego verbal» que tanto les divierte y les hace gozar, sino que tiene una visión que trasciende lo evidente:
«Oigo relinchos, crujir de llamaradas, gritos y execraciones de policías en atropellada de caballos, y un hormiguero de hombres y mujeres defen¬diéndose con uñas y dientes».
El alargamiento del sitio y sus secuelas de violencia intestina, provocan que algunos montacerdinos –luego del apedreamiento del Puma– señalen a Gorilón, pese a que ha robado un buey para la olla común, como el portador de la mala fortuna, «está salado, por culpa de él estamos así, hay que apedrearlo». Pero eso no afectará la vocación de Gorilón. Seguirá «hablando el lenguaje de las flores»y tratando de convertir la función estética de la poesía en función nutricia para el pueblo hambriento (cap. 9 y10).
La crisis vocacional de Gorilón ocurrirá cuando descubra la naturaleza real de Liliana, cuando ocurra la ruptura con su musa, cuando enterado que es una prostituta y acude donde ella, es rechazado (p. 355 cap. 10). A partir de allí «sentará los pies en la tierra», idea el proyecto de escribir un curso de historia del Perú, América y el Mundo y de implantar biohuertos. En esta tercera fase del hombre de letras convertido en «científico social» o militante ecológico, Gorilón cree ver una garantía de eficacia para lograr la «perfecta y verdadera comunicación entre los Dioses y los Hombres» (p. 359).
Este voto a favor de la eficacia de las ciencias sociales en pro de las transformaciones sociales y humanas se ve ratificado en las páginas finales de la novela cuando nos encontramos años más tarde a Maruja, convertida ya en una universitaria a punto de graduarse recogiendo el testimonio de Juana Almontes sobre la historia de Montacerdos, porque «a las ciencias sociales le (s) interesa este acelerado proceso de migración desde los Andes y la selva hacia Lima, en esos años de postguerra y fundaciones de barriadas» (p. 375). A diferencia del dramático encargo final que le hacen los comuneros de Rancas al narrador de «Garabombo el Invisible» la célebre novela de Manuel Scorza para que deje la batalla y huya «para contar» a los demás; aquí tenemos a la narradora que quiere trasladar, traducir, encorsetar los testimonios de muchas vidas en los textos y conceptos de una tesis científico–social.
Aquí parece residir, a mi entender, la ambivalencia en la que navega la novela, pues por un lado termina venciendo la propuesta racionalista cientificista que empieza con el discurso del Pólvoras sobre las decenas de naciones que habitan en nuestro territorio y acaba con la renuncia de Gorilón a la literatura; pero por otro, Jara –felizmente, si de ello es consciente– nos ha entregado Montacerdos y con ella ha dado vida a Gorilón y a Yococo, a Griselda y a Juana Almontes, a las muchachas del burdel El Paraíso y al hombre contrahecho Jer Bruckman. Es decir, gracias a la literatura y no a las ciencias sociales, tenemos hoy arquetipos que pueden no sólo explicar lo que pasa en el mundo de los pobres de las ciudades del Perú, mucho más vívidamente que varias tesis universitarias; sino sobre todo, tenemos símbolos y nuevos mitos que pueden otorgar sentido a la acción de millones de montacerdinos que habitan en nuestras tierras.
Alfredo Quintanilla Ponce
*Artículo publicado en la Revista Ciudad y Cultura No. 27. Lima. Setiembre – Octubre – Noviembre 1991 (basado en la primera edición de Patíbulo para un caballo, editorial Mosca Azul, 1989)

lunes, 8 de septiembre de 2025

NUEVO GOBIERNO REGIONAL DEBE CONSTRUIR EL TELEFERICO DE MACHUPIQCHU

Ante el secuestro monopólico y corrupto del santuario:

NUEVO GOBIERNO REGIONAL DEBE CONSTRUIR EL TELEFERICO DE MACHUPIQCHU

Por: Jesús Manya Salas.

El Santuario de Machupiqchu, hace varias décadas, está secuestrado por dos grandes monopolios: una transnacional, la de los trenes, y otro monopolio nativo, el de los carros; ambos imponen sus precios —nunca funciona la oferta y demanda del llamado mercado—, tasas de ganancia alta e incluso no pagan impuestos, que solo favorecen a unos cuantos, mientras que las comunidades del distrito, los ciudadanos del Cusco y del Perú no reciben nada de nada, a pesar de que el Santuario es un Patrimonio Cultural de todos los peruanos y la humanidad.

El Perú y el Cusco, por concepto de canon y regalías, reciben el dinero de las empresas que explotan y comercializan el gas, electricidad, minería, pesquería; pero curiosamente, de los millones de dólares que genera el Santuario de Machupiqchu vía ferrocarril u ómnibus, no recibe un solo centavo y, por tanto, no hay redistribución en los pueblos y comunidades del distrito; tampoco llega algo a las municipalidades de Urubamba y menos a la región del Cusco; tanto así que tampoco hay canon del turismo, entre otros abusos.

Hasta el dinero que cobran por el ingreso al Santuario, gracias a la traición de Werner Salcedo, se lo lleva su socia Dina Boluarte y el centralista Ministerio de Cultura, dejando desfinanciada hasta la puesta en valor y mantenimiento de Machupiqchu, conforme han denunciado los trabajadores de la DDC Cusco.

Las concesiones al monopolio del tren y de los ómnibus fueron realizadas en los oscuros tiempos de la corrupción fujimorista; por eso tienen todas las gollerías que han permitido, ventajas que se reproducen con cada gobierno nacional y con alcaldes de Urubamba y Machupiqchu.

Es hora de romper con los monopolios, recuperar el ferrocarril para el pueblo del Cusco y del país; en el caso de los ómnibus, frente al actual interés del viejo monopolio de perpetuarse en el poder, con leguleyadas, trampas y otras coimas, corresponde que las organizaciones del Cusco, las municipalidades de Urubamba, las autoridades regionales, empecemos a colocar en la agenda regional la CONSTRUCCIÓN DEL TELEFÉRICO DE MACHUPICCHU, con los siguientes objetivos:

Garantizar un transporte del pueblo hasta el Santuario de manera segura, ambientalmente y socialmente responsable; el Santuario no puede ni debe estar secuestrado por ningún monopolio privado como hasta ahora.

· El nuevo Gobierno Regional y las municipalidades de Urubamba deben tomar la iniciativa de conformar un plan y un proyecto para elaborar un expediente público-privado del teleférico, público por la participación del Estado peruano vía municipios y privado por la vía de abrir una sociedad comunitaria con acciones de los ciudadanos de Urubamba y Cusco. Modelo empresarial que difiere del monopolio privado, que, aprovechando la actual crisis, busca meter sus narices explotadoras.

· El Santuario de Machupiqchu es un patrimonio cultural, que requiere el tratamiento especializado, su defensa y preservación; pasa porque el Congreso Nacional aprueba una ley, que abra las puertas a ese modelo empresarial social. Si para eso se deben modificar los artículos económicos de la vieja constitución, debe asumirse esa posibilidad, entendiendo que el actual Congreso ha modificado más de 70 artículos para favorecer a sus patrones privados.

· La sociedad regional, sus colegios profesionales y organizaciones populares están en la obligación de fijar una posición en defensa del Santuario de Machupiqchu, primer paso con el teleférico para luego avanzar en la recuperación de la línea ferroviaria.

viernes, 29 de agosto de 2025

DEBATE QUECHUA: YUPANA O KUMPUTAURA


DEBATE QUECHUA: YUPANA O KUMPUTAURA

El surgimiento de cientos de redes, institutos formales o informales del quechua, qheswa, runa simi, etc. viene exigiendo una acelerada configuración y actualización del idioma; así que varios optan por el facilismo de adecuar algunas palabras de su uso a lo que tienen a la mano. Una de ellas es la españolización del quechua o recurso al quechuañol, dejando de lado que precisamente una de las tareas de preservar, defender y desarrollar el idioma radica en la investigación y en el intercambio de trabajos al respecto.

La computadora viene de las palabras latinas "computare" y/o "computus", que significan contar o calcular; los españoles prefieren llamar ordenador a su PC, que en inglés significa "personal computer".

En el conocimiento y saberes que hemos heredado de los pueblos andinos y en particular del Inka, existía la YUPANA, un instrumento que servía para calcular, contabilizar; instrumentos que existen y muchos de los cuales todavía se usan en las escuelas y hogares.

Contextualizado el tiempo, la yupana de los incas hacía todas las funciones que las computadoras iniciales de ahora.

Si la raíz en quechua es yupay (contar) y computar tiene por raíz contar, ¿qué necesidad se tiene de recurrir a un préstamo lingüístico con el agravante que la palabra tiene consonantes en español que no las hay en el quechua?

Resulta entonces, mejor recurrir al uso y a la costumbre de la memoria; YUPANA tranquilamente puede significar computadora, ordenador o PC. El recurso al neologismo "kumputaura" solo es por facilismo idiomático.

miércoles, 27 de agosto de 2025

UNA MUJER DE IDEAS, SINDICALISTA Y FEMINISTA

ROSA AUGUSTA RIVERO RICALDE:

UNA MUJER DE IDEAS, SINDICALISTA Y FEMINISTA

Gracias a la gentileza de Ángela Fuentes y Luz Celeste Cárdenas, tuve el honor de tener un ejemplar de la tesis acerca de la camarada Rosa Augusta y aprovechar el fin de semana para dar una lectura.

 Abordar el rol de las mujeres del Cusco y del país, que jugaron un activo y relevante papel en la construcción de nuestra sociedad regional y nacional, es muy importante en varias direcciones, que precisamente aborda el contenido de la tesis, que, analizando la actuación de Rosa Rivero, evalua el contexto y el marco de su actuación.

 Rosa Rivero es parte de la generación transformadora del Cusco, que viene desde los inicios del siglo XX; ante los retos de una urgente modernización y desarrollo, supieron colocar y acompañar la agenda con preocupaciones de raigambre indigenista, la primera industrialización y con ella el surgimiento de los núcleos del proletariado y sus correspondientes sindicatos, hasta la fundación de la Federación Obrera Departamental; la reforma universitaria y la conquista de los derechos de las mujeres en acceder a la casa de estudios y el ejercicio profesional.

 La materialidad de los cambios debía estar acompañada por la búsqueda de horizontes intelectuales, políticos e ideológicos. La generación de Rosa Rivero y sus otras camaradas no fue ajena a ellas; por el contrario, fueron parte activa de esa construcción, como queda establecido en sus participaciones en las revistas de debate de entonces, así como su militancia fundacional en el Partido Comunista del Cusco.

 En ese marco de cambios sociales, económicos, culturales, impulsar el rol de las mujeres en las universidades, en el trabajo, en la cultura y el arte, en los medios de comunicación, entre otros, era otro aporte sin igual que reconocía las trochas abiertas por Clorinda Matto, Trinidad Enríquez, continuadas por Rosa Rivero junto a Concepción Ramos, Estela Bocángel en el Grupo El Ande, Miguelina Acosta, Aida Castro, Sofía Luna, su hermana Concepción Rivero; todas ellas y junto con otras mujeres son parte de la historia social de la región y el país.

 Ojalá que la tesis pueda pasar a la redacción de un libro, por el carácter y rigor de la investigación, por los documentos revisados y adjuntados; su difusión ayudará a recuperar la memoria del Cusco, de sus mujeres y luchadoras; ahora que nos acercamos al CENTENARIO DE FUNDACIÓN DE LA FEDERACIÓN DE TRABAJADORES DEL CUSCO.

Final y sustancialmente saludo el tesonero trabajo académico e investigación de Ángela y Luz Celeste de la Facultad de Ciencias Sociales, Escuela Profesional de Historia de la UNSAAC.

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