El Santuario de Machupiqchu fue
construido con tanta reverencia y conocimiento por Pachakuteq Inka Yupanki,
ante el país y el mundo. Hoy es el centro de la destrucción mercantil, disputado por la ambición de algunos mercachifles,
que no entienden la naturaleza y carácter del patrimonio nacional y humano.
Hay muchos ignorantes y otros
interesados a los que les gusta ocultar la naturaleza del monopolio y de la
política neoliberal; lo que
observamos con indignación, los hechos en Machupiqchu, grafican de manera clara
y abierta el carácter del régimen privado y monopólico, parasitario y
destructivo del monopolio, sea este nativo o internacional; así actúan en la
minería, en el gas, la pesquería y ahora contra un Patrimonio Cultural de la
Humanidad.
Sus precios son monopólicos y los más
altos para una ruta de pocos kilómetros, nunca reconocieron o promovieron el
mercado, por ello se aferraron
con toda clase de gollerías la exclusividad del negocio; cerraron las puertas
del ingreso de otras empresas con leguleyadas o simplemente con la matonería
del que se siente dueño y propietario de Machupiqchu.
El carácter parasitario radica en que
sus altas tasas de ingreso jamás fueron redistribuidas a las poblaciones
circundantes del santuario,
comunidades sin servicios básicos, desnutrición y tuberculosis; no contentos
con la renta, chupan la sangre de los pueblos aledaños a los que los marginan
totalmente.
No contento con ello, engañaron a la
Beneficencia Pública del Cusco con el cuento del Hotel de Turistas, que también fue saqueada, destruida y paralizada en
su funcionamiento, afectando la economía de la beneficencia y de las
instituciones de niños y ancianos que vivían de dichos ingresos; otro
parasitismo a todas luces.
Su naturaleza explotadora todavía es
peor; que sepamos, esta empresa jamás ha invertido en una piedra, en el
mantenimiento, puesta en valor, estudio, difusión; sin embargo, vive de la
explotación y saqueo del Santuario de Machupiqchu que es la herencia de nuestros abuelos y patrimonio
del Cusco y la humanidad. La sociedad local, regional y el país jamás han
recibido de COCHETUR nada a cambio de semejante explotación y quieren volver a
apropiarse ahora.
Considerando que la ganancia para
ellos es más importante, no les importa la destrucción de la imagen del
Santuario, la política cultural y turística del Cusco y del país; lo lamentable es que las autoridades como el
Ministerio de Cultura, el Gobierno Regional a través de la UGM, obligados a
defender el fuero del santuario, se hacen los cojudos y de la vista gorda,
porque es muy probable que también recibieran bolsas económicas a las que están
acostumbrados para sus campañas electorales y puestos de autoridades.
Corresponde a la sociedad y organizaciones
populares exigir:
La
declaración de emergencia y seguridad del Santuario de Machupiqchu, por la vía del Congreso, la UGM, el Consejo Regional,
las municipalidades de Urubamba.
Constitución
de una MESA DE TRABAJO MACHUPIQCHU, para empezar a debatir y aprobar políticas
de emergencia ante la situación
destructiva y aprobar medidas de corto y mediano plazo, como son la discusión
de la construcción de carácter público del teleférico de Machupicchu, entre
otros temas.
Responsabilizar
y abrir procesos penales a quienes resulten responsables en la actual situación
de crisis y destrucción de la imagen
del Santuario de Machupiqchu; el Ministerio Público debiera estar actuando de
oficio en el asunto.
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