EL MACRO SUR Y EL MENSAJE PRESIDENCIAL POR FIESTAS PATRIAS
Por: Jesús Manya
Salas
EL MACRO SUR Y EL MENSAJE PRESIDENCIAL POR FIESTAS PATRIAS
Por: Jesús Manya
Salas
Por Vidal Pino Zambrano
Se plantea una reflexión sobre la persistencia de
élites políticas disfuncionales en democracias formales, tomando el caso
peruano como ejemplo de un problema con alcance global. Más allá de las
ideologías, se identifican fallas estructurales en los mecanismos de acceso y
reproducción del poder, que permiten la llegada recurrente de figuras
improvisadas o cínicas a cargos clave. El análisis se organiza en tres partes:
una revisión teórica y ética, un diagnóstico del comportamiento político
reciente en el Perú, y una reflexión crítica con miras a las elecciones de
2026.
1. Reflexiones teóricas y éticas
La política no ocurre
en el vacío ni puede entenderse sin mirar las condiciones que la rodean.
Factores como el sesgo de los medios, la debilidad de la experiencia
democrática o la creciente mercantilización de instituciones —incluido el
propio Estado— son claves para entender por qué la representación política se
ha ido deteriorando. El caso peruano, aunque extremo en algunos aspectos, no es
una excepción ni una rareza: refleja con nitidez muchas de las tendencias
globales actuales, donde la política se ha visto deformada por el
cortoplacismo, la pérdida de sentido institucional y la corrupción. Todo esto
no solo afecta el funcionamiento del sistema democrático, sino también su
credibilidad y legitimidad.
Desde el plano teórico,
este diagnóstico ha sido anticipado y analizado por diversos pensadores cuyas
advertencias mantienen una notable vigencia. Friedrich Hayek, en Camino
de servidumbre (1944), advertía que los sistemas políticos tienden a
promover a los menos escrupulosos, precisamente porque son quienes están más
dispuestos a manipular las reglas en beneficio propio. Ludwig von Mises,
en Burocracia (1944), explicó cómo el funcionamiento del Estado
clientelista genera castas parasitarias que buscan preservar sus privilegios
antes que mejorar la gestión pública. En esa misma línea, Max Weber, en
su célebre conferencia La política como vocación (1919), diferenciaba
entre una ética de la convicción y una ética de la responsabilidad, remarcando
que esta última suele escasear en liderazgos populistas y personalistas, donde
las consecuencias reales de las decisiones políticas quedan subordinadas a la
popularidad inmediata.
Desde una perspectiva
cultural y comunicacional, otros autores han complementado este marco crítico. George
Orwell, en Rebelión en la granja (1945), mostró con lúcida ironía
cómo los ideales de transformación pueden degenerar en nuevas formas de
dominación cuando no existen mecanismos efectivos de control ciudadano. Noam
Chomsky, en Los guardianes de la libertad (1988), analizó cómo las
élites mediáticas configuran los márgenes del discurso político, moldeando no
solo lo que se piensa, sino lo que es legítimo pensar y decir en el espacio
público. Por su parte, Bertrand Russell, en Elogio de la ociosidad
(1935), advertía que las mejores personas suelen evitar el poder, mientras que
los más ambiciosos —y éticamente menos preparados— lo buscan con vehemencia,
reproduciendo así una selección negativa en el liderazgo político.
Finalmente, José
“Pepe” Mujica, expresidente de Uruguay, resumió con crudeza una intuición
ética profunda y compartida: “A los que les gusta mucho la plata hay que
correrlos de la política. Son un peligro. El poder no cambia a las personas,
solo revela lo que realmente son.” Esta sentencia, más allá de su estilo
directo, encierra una verdad estructural: en contextos institucionales
frágiles, el poder tiende a atraer a los peores y a expulsar a los mejores.
En tal sentido, e poder en el Perú y en muchas
democracias ha sido capturado por redes informales de intereses que reproducen prácticas
oligárquicas, entendidas no como el dominio exclusivo de una élite
económica tradicional, sino como formas deformadas de corporativismo en las que
diversos actores —políticos, empresariales, gremiales o burocráticos— utilizan
el aparato estatal para el beneficio personal o grupal. Esta lógica de captura
vacía de contenido la función pública y convierte la política en un mecanismo
de distribución de privilegios, despojándola de su sentido ético, su vocación
transformadora y su vínculo con el bien común.
2. El comportamiento político en el
Perú: entre la descomposición y la tragedia
El caso peruano muestra con nitidez una serie de
patrones persistentes que explican la degradación de su vida política. Entre
los principales factores destacan:
Una herencia autoritaria y caudillista que impide consolidar una cultura democrática.
Y claro, todo este espectáculo político no surge de la nada: es el resultado de
una larga y bien cultivada tradición. La herencia autoritaria y caudillista
—ese entrañable legado de botas y azotes— ha sido clave en la
construcción de nuestra cultura política. En lugar de fomentar una ciudadanía
deliberativa, nos dejó una fórmula infalible: desconfiar del diálogo,
despreciar el consenso y aplaudir al que grita más fuerte. En el Perú, seguimos
valorando al que impone por encima del que propone, al jefe por encima del
equipo, al caudillo por encima del proyecto. Así, la democracia no termina de
cuajar porque, en el fondo, muchos siguen soñando con un “hombre fuerte” que
ponga orden… a su manera, claro.
El colapso del sistema de representación
y la descomposición de los partidos.
La fragmentación política, la desaparición de
programas coherentes y la creciente desinstitucionalización han convertido a
los partidos en vehículos circunstanciales de acceso al poder. Lo que debería
ser una estructura para canalizar demandas colectivas se ha degradado en
franquicias sin arraigo ni ideología.
Si Vargas Llosa alguna vez nos alertó sobre La
civilización del espectáculo, y Gilles Lipovetsky diagnosticó el triunfo de
lo efímero y la banalización del sentido, en el Perú nuestros políticos han
decidido llevar ambas teorías al extremo… y en versión bananera. Ya no se trata
solo de una democracia frívola, sino de una tragicomedia institucional en la
que la política se ha transformado en un espectáculo continuo. El debate serio
ha sido sustituido por monólogos de TikTok, y el candidato promedio se comporta
como una celebridad de temporada. Gobernar ya no exige preparación ni visión,
solo entretener con escándalos, frases virales y dramatismo impostado. El rating
ha desplazado al proyecto, y la imagen ha sustituido al contenido.
En este contexto, la política ya no necesita ideas,
equipos ni partidos: basta con una selfie bien encuadrada, un eslogan eficaz (no
más pobres en un país rico) y un poco de indignación prefabricada. Candidatos
sin plan y sin pudor desfilan por los medios como si adicionaran para un reality,
y no falta quien se disfrace con trajes típicos o ensaye frases en idiomas
ancestrales que no entiende, como si la identidad cultural fuera solo utilería
electoral. El debate programático ha desaparecido, reemplazado por encuestas
exprés y emociones de consumo rápido. El voto, antes acto reflexivo, se ha
vuelto un clic emocional. Y así, el Estado termina convertido en escenario, y
el presupuesto, en premio para quien actúe mejor el papel de salvador del
momento o profetas autonombrados.
Una vez en el poder, gobernar se convierte en un
negocio personal: se reparten cuotas, se protege a los amigos y se reacomodan
lealtades al mejor postor. Los verdaderos aliados son los expertos en acomodo,
siempre listos para reciclarse en cualquier gobierno. La institucionalidad
estorba y el largo plazo no interesa. Todo se reduce a una campaña permanente,
sin estrategia ni rumbo, mientras la ciudadanía, atrapada entre la apatía y la
desilusión, vota con la esperanza cínica de que el próximo que robe, al menos,
lo haga con más disimulo.
3. ¿Qué hacer ante las elecciones del
2026?
El Perú enfrentará en
2026 un ciclo electoral complejo, con elecciones generales y subnacionales en
un contexto de fuerte desgaste institucional. Aunque el tiempo es limitado para
emprender reformas profundas, el proceso electoral puede convertirse en una
oportunidad para elevar el debate público, exigir mayor rigurosidad en la
oferta política y filtrar propuestas serias frente a discursos vacíos o
populistas. Se puede abrir un espacio de deliberación ciudadana, orientado a
revalorizar el mérito, transparentar los equipos de gobierno, analizar
críticamente los planes programáticos y fortalecer una cultura política más
informada, exigente y reflexiva.
Ante el deterioro
sostenido de la representación política, una de las tareas más urgentes es revalorizar
el mérito y la ética pública como criterios mínimos del juicio ciudadano.
La legitimidad democrática no puede seguir sustentándose en la popularidad
mediática, el histrionismo o el marketing político. Es imprescindible que el
electorado exija trayectorias comprobables, compromiso cívico, solvencia
técnica y responsabilidad ética en quienes aspiran a ejercer cargos públicos.
Sin estas condiciones básicas, el acto de votar se convierte en una elección
emocional o de fe, más que en una decisión racional y fundamentada.
Más allá de las
etiquetas ideológicas de derecha, centro o izquierda, lo urgente es trasladar
el debate electoral hacia criterios concretos de responsabilidad, viabilidad y
coherencia. Elegir un gobierno no es escoger un rostro carismático, sino un
equipo técnico y político que asumirá la conducción del Estado. Evaluar su
experiencia, trayectoria, principios y antecedentes debe ser una exigencia
ciudadana básica. Del mismo modo, los programas de gobierno deben ocupar el
centro del debate: es necesario analizar su coherencia interna, su viabilidad
financiera e institucional, su sostenibilidad en el tiempo y su capacidad de
respuesta frente a los principales desafíos del país. Cuantificar sus
propuestas permite filtrar la demagogia y desactivar esa peligrosa costumbre de
ofrecerlo todo a todos, sin ningún sustento ni responsabilidad fiscal. Fomentar
espacios de deliberación pública, pedagógica y plural —impulsados por
universidades, medios independientes, colectivos ciudadanos y gremios
profesionales— permitirá contrarrestar la banalización del discurso político y
fortalecer una ciudadanía más crítica, activa y vigilante. Una herramienta
clave en este esfuerzo es el análisis técnico y multidisciplinario de los
planes de gobierno —exigidos por ley, pero frecuentemente ignorados—, que deben
transformarse en documentos comprensibles, comparables y útiles para orientar
un voto informado, exigente y consciente.
Conviene recordar que
las redes digitales pueden ser algo más que vitrinas de memes, rumores y peleas
inútiles: bien usadas, son herramientas valiosas para formar ciudadanía,
verificar información y promover participación crítica. Pero claro, eso exige
más que reenviar cadenas o reaccionar a titulares que nadie leyó. Al final, lo
que está en juego no es solo otra elección con los mismos rostros de siempre,
sino la posibilidad —lejana, pero no imposible— de recuperar la política como
un acto racional, capaz de priorizar lo urgente sin renunciar a lo importante.
Es hora de dejar la improvisación cíclica y empezar a construir un país que no
siga atrapado en el “aquisito nomás” o, peor aún, en el resignado “que robe,
pero que haga”.
JUBILARES DEL CUSCO
LA ARROGANCIA Y LA VOLUNTAD AGRESIVA EN LA GUERRA
Una de las características de las grandes potencias militares, es la arrogancia basada en su capacidad material y humana, se sienten superiores objetivamente y automáticamente se colocan en una sobrevaloración frente a los otros países periféricos o ante ejércitos menores en su potencial de fuego, a quienes menosprecian. Esa arrogancia termina casi siempre precisamente en uno de los factores de su derrota.
Esa petulancia y vanidad subjetiva, los lleva a la voluntad agresiva o a la prepotencia frente a sus enemigos, son como los matones de la esquina y o el colegio, creen que pueden imponer y condicionar sus objetivos e intereses, solo con el abuso y la altanería. En determinado momento entra en disputa la voluntad agresiva del arrogante, frente a la otra voluntad popular de resistir y derrotar la agresión.
EE.UU. en la guerra con Vietnam debió aprender esta lección, un ejército popular de Vietcong con apenas unos fusiles, trampas y artesanía militar; logró primero neutralizar y luego derrotar a un ejército que movilizó más de 250 mil soldados, cientos de aviones y helicópteros, bombas, tanques y cañones, ingente cantidad de dinero e infraestructura. El arte militar de los vietnamitas demostró, que un pueblo de campesinos y trabajadores, con escasos recursos y armas, si puede vencer y derrotar al ejército más grande u poderoso de la humanidad de entonces.
Ante esa evidente derrota de los EE.UU. como en Corea, también para la guerra que perdían en Vietnam, amenazaron utilizar la bomba atómica para "acabar la guerra" con los vietnamitas y definirla en favor de sus intereses; lo que no podían conquistar victorias con sus tropas en el campo de batalla la querían hacer con la bomba atómica.
En ese contexto, la dirigencia vietnamita y sus tropas, debatieron qué hacer ante esa amenaza; incluso los camaradas Soviéticos y Chinos, recomendaron bajar la intensidad de la ofensiva Viet, para no provocar al gobierno de los EEUU que tenía aprobado usar dicha bomba; los vietnamitas conociendo la arrogancia y voluntad agresiva de los gringos, tenían que enfrentar entre morir sacrificados en apenas unos segundo con una bomba atómica, o seguir batallando a pesar de las quemaduras con napalm, la guerra química y miles de toneladas de bombas.
No cedieron al chantaje atómico, desplegaron mayores operaciones militares, diplomáticas, ampliaron el terreno de operaciones, comprometieron a soviéticos y chinos a cumplir sus principios de solidaridad, y culminaron derrotando al imperio en su momento más cumbre y prepotente.
DERROTANDO LA ARROGANCIA Y CHANTAJE SIONISTA
Israel es el brazo armado de los EEUU, utilizan sus armas y la bomba atómica, para chantajear e invadir: Palestina, Siria, Irak, Líbano, Egipto y a otros en todo el medio oriente; en cada uno de estos pueblos a venido desgranando toda resistencia, generando división y pagando mercenarios traidores en cada uno de estos pueblos; a muchos de estos gobiernos los tienen condicionados con la arrogancia y prepotencia que parte de su posesión atómica.
En Gaza han visibilizado esa arrogancia y esa voluntad agresiva de la manera más cruel y cobarde, asesinando a civiles inocentes y niños; la humanidad conoce ahora de manera certera en qué esta fundada ese aire de superioridad, que en el fondo esconde cobardía.
En el viraje de su agresión en el medio oriente, en concordancia con sus amos los EEUU han bombardeado Irán y tuvieron como respuesta una oleada de misiles, cosechando muertes y ahora piden a gritos la intervención americana y el uso de la bomba atómica, como un último recurso para revertir un conflicto cuya tendencia puede camina a su derrota.
Por ahora está neutralizada la arrogancia y voluntad agresiva de los sionistas, dependerá mucho de la capacidad estratégica de los persas y sus aliados, corrigiendo el exceso de confianza en tener a sus mandos militares y científicos expuestos, como si el enemigo sionista fuera leal y caballeroso con las normas internacionales de la guerra, cuando precisamente son todo lo contrario.
Por: Juvenal Ormachea
Uno de los mayores anhelos de la comunidad educativa de la GUE IGV, era la construcción de su piscina olímpica, con medidas reglamentarias para competencias. Desde 1858, el entonces director Miguel Huamán A, realizó gestiones para la elaboración del proyecto, que fue realizado por el área de Ingeniería de la CRIF, efectuándose el movimiento de tierras en esta etapa.
En el periodo del director Benjamín Diaz, el año 1962, se iniciaron la construcción de las bases, con el fatal accidente de dos obreros, que detuvo por un tiempo la obra. El entusiasmo continuaría en la busca de recursos económicos, realizando los padres de familia diferentes actividades pro fondos: kermeses, campeonatos de fútbol, donde se lograron conseguir parte de la totalidad de recursos.
Recordamos el año 1965 con el director Hugo Flores Ugarte, a iniciativa del jefe de normas Jorge Yábar Moreno, la gran campaña de recolección de piedra desde el lecho del rio Huancaro. Todos comprometidos, con la banda de músicos adelante tocando "el puente sobre el rio Kwait", llegaron al lecho del rio Huancaro, los alumnos con su piedra y agregados en sacos de yute, retornando con la banda adelante tocando "gran..gran..grande es la unidad...muchachos somos de la unidad..." trasladando su carga hasta el colegio en la av. de la Cultura.
El año 1967, para el revestimiento final se realizó la campaña de donación de mayólicas color celeste, pronto llegaron de todas las tonalidades. Fue importante el apoyo en la dirección técnica de los ingenieros Juan Julio Menéndez y Francisco Zárate, también fue importante la donación de los trampolines por la Policía de Investigaciones de Cusco.
Al iniciar el llenado de la piscina, todos acompañamos con expectativa, la subida del nivel del agua. Cuando faltaba cerca a medio metro de su nivel final, de pronto nuestro compañero de aula "alicate" García, cayó con todo y uniforme al agua, empujado por algún bromista o por cuenta propia, por lo que varios, más de los necesarios se lanzaron a sacarlo, la piscina ya estaba probada. Total, "alicate "García estaba feliz de inaugurar la primera piscina del Cusco.
Después vino la inauguración oficial, con presencia de autoridades, invitados, el obispo para la bendición, parte del alumnado, para mejor control. Y por supuesto el "tio Chaqlay", "buho" Echegaray, "tronco" Gonzáles, auxiliares, brigadieres, todos atentos para evitar que alguien se sampe a la piscina.
Todos esperamos la demostración de los campeones sudamericanos de natación: Concho Changanaqui, Juan Carlos Bello. Sin embargo en el Cusco, era el mes de junio y la temperatura en las madrugadas está bajo los 0 grados. Levantando un poco en la mañana, pese a los esfuerzos de los empleados como el "cholo" Flores, Maqui, que se esforzaban en calentar el agua en cilindros con trozos de leña, no consiguieron mejorar la temperatura de tamaña piscina, lo cual se convirtió en tortura para nuestros campeones, que hicieron su presentación, con el gran aplauso de los presentes.
Concluida la ceremonia, la mayoría ó todos los alumnos ya estaban en el agua.
Por esos tiempos era la primera y única piscina en la ciudad de Cusco. En la provincia de Quillabamba tenia también su piscina, de donde venían los mejores nadadores del colegio junto con Puerto Maldonado.
(*) En la fotografía: Hugo Flores Ugarte, Jorge Yábar y Arístides Acurio.
Y EN LA IZQUIERDA
Las elecciones nacionales se van calentando de a pocos, hay una distancia o un vacío en las estrategias de los partidos, no están trabajando bien las candidaturas presidenciales con las elecciones congresales. Comparto que serán 7 u 8 las fuerzas políticas que tienen la posibilidad de superar la valla electoral, los otros serán parte de la fiesta pero sin muchos resultados que ofrecer.
EL TERCIO EN LA DERECHA
La disputa a estas alturas en esta cancha, se da entre la
lenta subida de López Aliaga y la tendencia declinante de Keiko Fujimori; el
alcalde limeño está en modo campaña de manera intensa y buscando colocar su
discurso conservador, tiene los recursos económicos para una campaña de muchos
meses; en cambio en el fujimorismo está primando un silencio, considerando que
su abanderada ya tiene muchas campañas en espalda y puede ser el blanco de una
mayor contra campaña a su figura de derrotada permanente.
Ni Fillip Butters ni Carlos Álvarez han tomado vuelo, de ahí la desesperación del primero en concentrar sus fuegos a la figura de López Aliaga centralmente, para capturar dicho segmento electoral, y el segundo tiene problemas con los propietarios del partido que puede terminar en su alejamiento.
APP, Somos Perú y otros, están más preocupados en dar vida a sus fórmulas congresales, porque Acuña no es locomotora y en Somos ni siquiera tienen un liderazgo definido.
EL CENTRO EN DISPUTA
En el espacio centro derecha, Martin Vizcarra ha logrado
despuntar en las encuestas, es cierto que está impedido o sancionado como
candidato presidencial, pero él está apuntando a ser la locomotora para colocar
una bancada importante congresal, con lo cual asegura capacidad de revertir su
persecución. Es el único candidato que habla claramente de volver a cerrar un
congreso nefasto y derrotar a Keiko por su manejo doloso y corrupto del
Congreso.
Alfredo Barnechea está tanteando con mucho retraso su estrategia electoral, tiene que empezar por purgar y zanjar con los “niños” corruptos, los actuales congresistas de AP que conviven con el fujimorismo en la destrucción del país.
El Apra está intentando posicionarse en el centro, luego que Del Castillo y Mulder como herederos de Alan García, derechizaron totalmente el partido de Haya de la Torre, pero esa no es una tarea fácil. Sin embargo en dicho partido hay tradición y estructura que otros nuevos no lo tienen.
EN LA IZQUIERDA CLARIFICANDO POSICIONES
La salida de Antauro de su alianza con JP ha despintado
electoralmente a este sector, Roberto Sánchez no tiene ni la trayectoria ni la
capacidad del radical, habrá migración de esos votos hacia los otros partidos
progresistas.
Del mismo modo la salida de Verónika Mendoza de la
candidatura presidencial y el ingreso de Vicente Alanoca en Nuevo Perú,
requiere un tiempo para ver si la transición será viable electoralmente, el
enroque debió hacerse hace tiempo por el cambio en el discurso y
posicionamiento del nuevo candidato.
Alfonso López Chau debe aprovechar estos vacíos y tanteos en la izquierda, para cimentar y consolidar su propuesta electoral progresista; esos tanteos al centro derecha no han generado simpatía o atracción electoral como esperaban sus mentores internos, por el contrario originaron dudas y murmuraciones; la nueva etapa debe consolidar claramente un espacio progresista, cosechar los vacíos dejados por las otras fuerzas, esa es la identidad por otro lado que reclama el electorado del macro sur en su lucha contra Dina Boluarte.
Esa coherencia que se reclama a nivel nacional, debe ser también la sintonía en las precandidaturas congresales y en las regionales y municipales; sería un contra sentido al progresismo estar alentando o promoviendo precandidaturas derechistas en un partido que se reclama de izquierda.
MONOPOLIOS
CORRUPTOS DESTRUYEN LOS RECURSOS Y EL MERCADO
1.
La dictadura
monopólica mafiosa y parasitaria, en su afán de ganancia irracional, ha quebrado
las propias leyes del mercado; en los enclaves territoriales mineros,
gasíferos, turísticos; todas las privatizaciones que vienen desde el
fujimorismo están llenas de contratos mafiosos en desmedro del Estado Peruano;
el precio monopólico ha reemplazado las leyes del mercado; lo que ha generado
una ola de corrupción en las diversas esferas de gobierno.
2.
El modelo
monopólico primario exportador, ha liquidado la industria y producción nacional
y regional,
generando una desocupación masiva que arroja a la informalidad y sobrevivencia
a los jóvenes, mujeres particularmente. El 85 % de la PEA es de carácter
informal, sin derechos sociales, laborales y excluidos del Estado.
3.
Ese mismo
monopolio depredador, destruye nuestras riquezas naturales, el agua y los ríos,
los bosques y la amazonia; cerrando el paso al desarrollo productivo y
alimentario a los agricultores, como también devastando a las naciones y etnías
amazónicas y andinas.
4.
No existe
seguridad energética en el país, regiones productores del gas como el Cusco y
el macro sur, no
tienen los servicios del gas para su industria, sus vehículos y hogares; al
Consorcio Camisea solo le interesa la exportación y no el país y sus
habitantes.
5.
El todopoderoso
modelo neoliberal se agotó, producto de sus contradicciones entre el mercado y
el monopolio, destrucción
de los recursos naturales y copamiento mafioso del gobierno y el estado para
sus fines rentistas. El Gobierno de Dina Boluarte es la expresión más depurada
del fracaso del modelo.
LA
AGENDA REGIONAL COMO INSTRUMENTO DE LUCHA
Una Agenda Regional es un instrumento propositivo, que
marca el horizonte y la perspectiva que tenemos los trabajadores en el conjunto de nuestro
territorio.
Tal como los trabajadores tenemos y levantamos nuestras propuestas, también los grupos de poder tienen su propia agenda; por consiguiente este es un terreno de disputa programática con el neoliberalismo que se aplica en la región.
LA NECESIDAD DE UNA TERCERA INDUSTRIALIZACION REGIONAL, teniendo como plataforma energética el gas y la electricidad; solo una SOCIEDAD PRODUCTIVA generadora de empleo tiene futuro en un mundo en crisis. Fijar posición y exigir la conclusión del gasoducto sur peruano y el sistema eléctrico regional, resulta vital si aspiramos construir una sociedad regional para el siglo XXI.
La mexica
Pensemos en una historia de amor. ¿Y por qué no de
desamor? Pero, no nos compliquemos la vida. Será
una historia de amor y desamor.
Ahora
hablemos de los personajes. Llamemos W a la mujer. Diremos
que ella reside en Ciudad de México, en la Colonia Condesa, y que es psicóloga
de profesión. ¿Y qué indicaremos de él? Lo llamaremos Z. No tiene trabajo
conocido, aunque señalaremos que es poeta. Sin embargo, él no vive en la metrópoli
azteca sino a miles de kilómetros de ésta. El país es Perú, y la ciudad no
podría ser otra que Cusco, capital del otrora Imperio del Tawantinsuyo.
Digamos
que ellos no se conocen, aunque bien podrían haberse conocido, pues previamente
hicimos que ella visitara el Perú. La idea de viajar al país de los incas nació
una mañana calurosa en el aeropuerto Benito Juárez, cuando ella se aprestaba para
volar a París. La Ciudad Luz es propicia para todo tipo de encuentros amorosos.
Sino que nos lo digan Marlon Brando y María Schneider, quienes protagonizaron “El
último tango en París”; película pasional, irreverente, en la que vimos a un
experimentado Brando, quien enamora a una cuasi adolescente Schneider
llevándola "per angostam viam”,
a decir del cubano José Lezama Lima. Bueno, nuestra historia va por otro
camino, usted me entiende. Como decíamos, W aterriza en Lima en pleno invierno,
y como la Ciudad de los Reyes no le gusta porque tiene un cielo gris ceniciento,
la ciudad más triste a decir de Herman Melville en el siglo XIX, decide visitar
el “Ombligo del Mundo”, el Cusco, donde reside Z; mas no se encuentran. Cosas
del destino. ¿Cree en el destino? Yo, sí.
Entretanto, hablemos de Z. Indicaremos que se la pasa escribiendo, tratando de
encontrar el verso perfecto. Otras veces bebe como desesperado, mientras
escucha a Leonard Cohen. Intenta emular la maldita embriaguez de sus maestros: Arthur
Rimbaud, Dylan Thomas, Charles Bukowski. Sabe que lo mejor es vivir
intensamente, luego sentarse a escribir y contar esas etílicas y sicalípticas
experiencias. Entonces, como dijimos antes, no se encuentran. Pero bien pudieron
haberse topado en algún cafetín, plazoleta o taberna de la Ciudad Imperial. ¿Y
por qué no en algún pub del Centro Histórico,
donde vemos a una eufórica W cimbrearse en la pista de baile con “Los caminos
de la vida” de Vicentico, después de beber unas copas de pisco sour? Tal vez en
ese momento se cruzaron la mirada o, quién sabe, no se vieron nunca. Él frecuenta
esos lugares y, a veces, sentado en la barra del local, observa a la jauría de
gringos y gringas que se divierten en la pista de baile al son de un ritmo
latino. Ahora bien, no nos olvidemos que ella es una mexicana bien despachada, como
que todas las mexicanas lo son, sin olvidarnos de las peruanas que son tan
igual de bonitas. Aunque, por la ropa que lleva, podría parecer una mochilera
más, como esas gringas pobrísimas que vienen a vacilarse y drogarse al país de
los incas.
Ahora
podemos percibirla en las alturas de Machupicchu, mirando extasiada la
monumental ciudadela que se erige en la cúspide de una montaña. Piensa, mientras
lee un manual de arqueología Inca: ¿Qué se hicieron de aquellos hombres que la
construyeron? ¿Qué sino maldito se los llevó? No encuentra respuesta en el libro.
Más tarde, la vemos sentada en una banca de la Plaza de Armas de Cusco, rodeada
de palomas andariegas y vendedores ambulantes de artesanía.
Contempla, deslumbrada, la
imponente Catedral, una mezcla de estilos arquitectónicos en la que resalta el
barroco colonial americano. Fue edificada sobre los cimientos del palacio del
Inca Wiracocha, gracias al trabajo, la sangre y el sudor de cientos de nativos
oprimidos.
Después,
la vemos caminando despreocupada por la calle Procuradores, mientras Z sale de
un bar. Están a pocos metros de encontrarse, pero él no la ve, ya que está
distraído observando las pronunciadas caderas de una nórdica. ¿Será nórdica?
Tal vez italiana, alemana o inglesa. ¿Usted qué dice?
Ahora dejemos que nos cuente el
señor escritor, quien nos acompañó desde el inicio de esta aventura.
—Pues
no se encontraron, y cada uno siguió su camino con rumbo desconocido. Bueno,
será para otra ocasión.
—No,
¡nada de “será para otra ocasión”! Ellos tienen que encontrarse y empezar a
conocerse. Si no lo hacen, ¿cómo vamos a construir una historia de amor y
desamor?
La
verdad es que ella regresó de manera repentina a su país. Se asegura, aunque
sin confirmarse, que le ofrecieron trabajar en una agencia de modelaje en la
Ciudad de México. ¿Será cierto o tan solo una mentira? Habrá que indagar esa
noticia en el país azteca.
Entonces,
lo único que nos queda es que ellos se encuentren en Ciudad de México. Pero, ¿Cómo
llegará nuestro poeta al país de la Malinche? Porque la ficción es una cosa y
la realidad otra; y ésta es una historia real, mejor dicho de realismo mágico,
real mágico maravilloso, realismo mágico absurdo; sea como sea, ellos tienen
que encontrarse, de todas maneras.
No obstante, pensemos en cómo Z podría llegar
a México. La única idea que se nos ocurre es que sea invitado a un congreso
internacional de escritores, aunque nuestro poeta nunca haya salido del país,
pues jamás tuvo dinero suficiente para realizar ese tipo de viajes. Pero, como
por arte de magia, la invitación le llega a casa, con pasaje de ida y vuelta
incluido. Además, contra todo pronóstico, también recibe una bolsa de viaje,
algo que ni siquiera se otorga a los más consagrados. Para nosotros, Z es más que
consagrado, aunque no importe si publicó poemario alguno.
Con
los pasajes en mano, en el aeropuerto Jorge Chávez de la ciudad Lima, vemos a Z
embarcarse en un vuelo de Aeroméxico rumbo al país de Emiliano Zapata Salazar,
el famoso revolucionario agrarista asesinado en 1919 por órdenes de Venustiano
Carranza. El viaje dura varias horas, durante las cuales nuestro personaje, en
primera clase, consume varios whiskys de cortesía. ¿Viaja en primera
clase? Por supuesto que viaja en primera clase, ¿acaso se imagina que un poeta
viajaría en segunda o tercera clase. Finalmente, Z llega al aeropuerto Benito
Juárez, donde deberían esperarle los coordinadores del evento. Aunque parece que
nadie lo espera. ¿Usted qué piensa?
En Ciudad de México, en el Centro Histórico, observamos a Z descansando en
el confortable Majestic, un hotel cuya terraza afrancesada ofrece una vista del
mismísimo Zócalo, donde se encuentran la Catedral Metropolitana, el Templo
Mayor Azteca, el Palacio Nacional y todo lo que rodea a la famosa plaza. Tras un
almuerzo frugal y una siesta placentera, vemos a nuestro personaje salir del
Majestic y dirigirse por la avenida Francisco Madero hacia Bellas Artes. Se
informa que en ese palacio de arquitectura francesa, construido por el dictador
Porfirio Díaz, se exhiben las obras de Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José
Clemente Orozco y otros notables pintores mexicanos.
Bueno, me olvidaba, ¿Qué más conocemos
de W? Según nuestros informantes —nosotros mismos— sabemos que es psicóloga.
Esta profesión se la otorgamos porque es estudiosa del comportamiento humano, aunque,
sobre todas las cosas, es amante de la literatura. Y le gusta frecuentar las ferias
de libros, y mucho mejor si es en el Centro Histórico. Ahora la vemos caminando
por la avenida Francisco Madero en dirección al Zócalo, donde, casualmente, Z
también transita por la misma acera en sentido contrario. Sin embargo, no se observan.
Algo no encaja bien en la historia porque deberían verse, pero ambos se cruzan
sin notarse el uno al otro. No importa. Tarde o temprano tienen que
encontrarse; de lo contrario, ¿para qué serviría esta historia?
Entretanto,
sigamos conociendo a W. Indiquemos que es divorciada, así la historia resulta
más interesante. Aunque, ¿no es un poco joven para haberlo hecho? ¿Acaso solo
las mujeres mayores se divorcian? Las jóvenes también lo hacen. Ella se desposó
con un inglés que conoció en un tour
por Monte Albán, en Oaxaca. Él trabajaba como consultor de una organización no
gubernamental, de esas que abundan en Perú, que malversan el dinero de los
fondos financieros mientras aseguran estar ayudando a los más pobres. El británico
era más flemático que el mismísimo príncipe Carlos y, en absoluto, se preocupa por
ella.
—Amorcito,
me voy a una fiesta.
—Anda,
querida, diviértete.
El
inglés ni por asomo la acompañaba.
—Cariño, me voy de viaje a Guadalajara.
—Viaja,
mi amor, y no te olvides los pasajes.
Ella,
mexicana hasta el tuétano, deseaba que el marido la celara; las mexicanas también
son machistas. ¿Usted qué opina?
Me
olvidaba, ellos se casaron pomposamente. La boda fue en el palacio que Hernán
Cortés mandó a construir en Cuernavaca. Sin embargo, cuando ella viaja a la
ciudad donde Malcom Lowry escribió “Bajo
el volcán”, derrama lágrimas por doquier. Siempre recuerda con nostalgia lo
espectacular que fue la boda, celebrada a medianoche, rodeada de velas en uno
de los salones del palacio. Al año de casados, la historia de amor se fue al
diablo, porque ella no soportó la indiferencia y el desamor del flemático
anglosajón.
Ahora sigamos hablando de Z. Digamos que su vida está a punto de
revelarse. Él también estuvo casado, o mejor dicho, divorciado, lo cual es
importante para la historia. Pero, ¿con quién estuvo casado? Según nuestros
informantes, con una actriz de teatro que dejó al marido, amante y otros
conocidos. La actriz era una joyita, una gema, un brillante; era un diamante en
bruto. Pero ella no lo sabía, y llegó a interpretar varios personajes
en el escenario. Pues bien, la relación terminó de la peor manera, con bronca y
mucho alcohol. La muy jodida se fue con un mimo, que la engatusó con sus modales
refinados y su silenciosa expresión; los mimos no hablan, pero dicen muchas
cosas.
Parece que nuestra historia se
nos está escapando de las manos.
Porque, al final, lo que importa
no es quiénes fueron, sino quiénes son y qué serán: dos amantes en busca de
amor, según nuestro libreto. ¿Tenemos libreto? Me parece que no, porque esta
historia es de ficción, por supuesto. Después de todo, ¿acaso las grandes
historias de amor no son de ficción? Tenemos que definir las secuencias, porque
si no, perderemos el control de este melodrama y no queremos que eso ocurra.
Entonces,
estamos donde empezamos, mejor dicho, en Ciudad de México, y los amantes aún no
se encuentran. Y nosotros, ¿qué hacemos? Pues hagamos que tropiecen. La cosa no
es sencilla, porque la ciudad es tan extensa; no en vano, es la más poblada de América
Latina. Busquemos un lugar en el Metro donde se encuentren. Encontrarse en ese
tren subterráneo, con tanta muchedumbre, sería sorprendente, pero no es lo
ideal. ¿Por qué no coinciden subiendo las escalinatas que conducen al Templo
del Sol, en Teotihuacán?
El escenario y la ocasión son
perfectos para un encuentro romántico. Solo hay un problema: W sufre de miedo a
las alturas.
Bueno, si no se encuentran en las alturas, tendrán
que toparse en el llano. ¿Dónde? En la urbe, por supuesto. Puede ser en cualquier
plaza de Tenochtitlan, la antigua ciudad de Moctezuma, quien murió por una certera
pedrada lanzada por un furioso súbdito, porque pensaba que se entregaba a las huestes
de Hernán Cortés. Claro que lo valiente no quita lo Moctezuma, por lo que murió
el amado y defenestrado emperador.
¿Y dónde está nuestro escritor, el que debería estar contando la
historia? Las malas lenguas dicen que está bebiendo tequila en el “Tequendama”,
en la Plaza Garibaldi, con una zacateca que conoció en Cusco años atrás. ¿Quién
carajo le dio permiso para divertirse mientras nosotros estamos tras los pasos de los amantes? ¡Busquen a ese irresponsable!
Si no aparece, lo despedimos de nuestra historia. Pero… ¿Si estoy aquí, y
ustedes no se percataron de mi presencia?
Finalmente,
hoy sí se encontrarán. Observamos a W caminando por la Avenida Insurgentes,
mientras Z se aproxima por la misma vía al volante de un BMW plateado del año.
De pronto, el vehículo se detiene y ella sube rápidamente. ¿Qué está pasando
con la historia? W no debería subirse a un automóvil, pues eso no está en el
libreto. El chofer, o mejor dicho, el conductor, es nada menos que nuestro
querido poeta. Bueno, así la historia cambia. ¿Usted qué piensa?
Dentro del auto, Z observa a W a través del retrovisor. La ve más bonita
que la última vez. En realidad, la mexicana es guapa de verdad. ¿No será acaso la
reencarnación de Pina Pellicer?, se pregunta el señor escritor. ¿Qué Pina ni
qué Pellicer? Entonces, debe ser la reencarnación de Salma Hayek, la mujer más encantadora
y seductora del país azteca. ¿Por qué W tendría que ser la reencarnación de la Hayek
si aún no ha subido a los cielos mexicanos? ¡Dejen de joder! Ella no es la reencarnación
de nadie, y punto. Ahora, díganme, ¿qué hace Z además de mirar embobado por el
retrovisor a W? Que empiece pronto el diálogo. Usted, señor escritor, use sus
artimañas para que la conversación comience.
—Eso
intento, pero a veces el silencio también es amor.
Bueno,
ya se encontraron. Sigamos con la historia.
—No
podemos continuar porque se marcharon.
—¿Cómo
que se marcharon? ¿Qué hizo usted, cambió el libreto?
—No
hice nada. Solo dijeron ciertas cosas y se alejaron. —¿Y usted no hizo nada
para evitar que se largaran?
—No
pude hacer nada, estaban decididos a marcharse.
—Entendemos
que Z se fue con W en el BMW, pero tienen que volver para que nuestra historia
continúe.
—Le informo que la pareja, antes de irse, expresó que se cansó de su
puta historia. Además, señaló que usted es una reverenda estafa; intentó manipular
sus vidas como si fuera un dios redivivo, sabiendo que esos dioses no existen,
y dejaron claro que
usted desaparezca definitivamente de sus existencias.
—Entonces,
¿así me agradecen estos hijos de la chingada el haberlos creado y llevado a
tierras mexicanas? ¡Y para colmo me dicen que soy una estafa! Están bien,
cabrones. Tráiganme a esos infelices, porque yo los creé. Pues si me da la
putísima gana, los desaparezco.
—Acabo
de hablar con ellos y no quieren ningún tipo de arreglo, y mucho menos con un
presuntuoso impostor. Además, dijeron que antes de que usted entrara en sus
vidas, ya se conocían.
—¿Cómo que se conocían?
—Así es. Cuando caminaban por la calle Procuradores, ya se visitaban, y
usted ni por asomo se dio cuenta. De hecho, habían tenido varias noches de amor
en un hostal del viejo barrio de San Blas.
—¿Cómo? ¿Estos cretinos engañaron a su creador? —Así es. Lo embromaron, es la purísima verdad.
—¿Verdad? ¿Me toman por imbécil? Ellos no pueden marcharse, porque soy su
creador. A mí me deben su existencia.
—No,
señor. Dijeron que no le deben nada y, más aún, afirmaron que fueron ellos
quienes lo crearon a usted.
—¿Qué me crearon a mí? ¡Están bien cabrones! ¡Crearme a mí! Pues,
entonces, los desaparezco; no existen, y que se vaya al carajo esta historia de
amor y desamor.
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